... Rosa Díez:
Ha estrenado usted su escaño de diputada sacando el tema, tan cansino, de cómo se rompe España por el hecho que en Catalunya, en la enseñanza pública, no se puede estudiar en "castellano". ¡Oh! ¡Dios! ¡España rota!
Yo le rogaría por mi parte que dejara estar temas demagógicos que de nada le van a servir. Claro, su partido ha sacado un escaño por Madrid, y allí este tema hace ganar votos. Pero, ¿no le parece irresponsable sacar votos para su despersonalizado e indeciso partido a costa de minar al convivencia en uno de los lugares más plurales y poblados del Estado?
Usted se olvida de una cosa. Que Catalunya es España, pero que NO ES Castilla. Se arrastra el error secular de identificar España con Castilla, señora, y nuestro país es mucho más que eso. Catalunya, Galicia, Euskadi, País Valencià... Realidades diferentes y plurales que necesitan legislaciones que atiendan a su situación concreta.
Usted se olvida que en Catalunya la lengua propia es el catalán, que éste està en situación minoritaria y minorizada por un dominio secular del poder central (castellano) que pretendió durante siglos asimilar culturalmente este territorio de la península a la forma de ser y leyes de Castilla. Y por tanto, hasta que esta situación cambie, las administraciones públicas catalanas, y también las del Estado, tienen la obligación (según nuestra Constitución) de velar por la protección del catalán. ¿Y qué mejor manera de protegerlo que asegurando su conocimiento por parte de toda la población que reside en Cataluña? Mire si no lo que pasa en Valencia, donde estudiar en valenciano no es obligatorio: hay zonas en donde nadie lo aprende, y el derecho de los valencianohablantes de usar su lengua cae en saco roto... Claro, ¡qué más quisiera usted! Lo que realmente le parece inadmisible es la no uniformidad cultural del Estado...
Dediquese a solucionar los problemas de la gente, y no a crear problemas a la gente...
Y por todo esto... Escola catalana!