XXI
Tú que me otorgaste más altura
con estas noches —¿no es
como si, ilimitado, me impusieras más sentimiento
del que al sentir comprendo? Ay, desde aquí
son fuertes los cielos, tal llenos de leones
que incomprensiblemente superamos.
No, no los conoces, porque tiene miedo
y con más timidez van a tu encuentro.
y... XXII
Levantando los ojos del libro, de las cercanas numerables líneas,
hacia la exterior noche perfecta:
Oh, cómo se esparcen tal estrellas los comprimidos sentimientos,
como si uno desatara
un campestre ramillete:
Juventud de los ligeros y oscilante inclinarse de los grávidos
y duda y vacilación de los tiernos —.
Ansia de relación por todas partes, y por ninguna afán;
mundo excesivo, y suficiente tierra.
I ací s'acaben els Poemas a la noche de Rilke (traducció d'Alfonsina Janés i Clara Janés).
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